El brics en su rol estelar del nuevo orden mundial y francia pudiendo abrir la brecha de la desintegración de la unión europea

Los acontecimientos a nivel mundial, donde Venezuela no puede estar indiferente a todo ello, como son la pandemia del SARS-COV-2, el conflicto en Europa oriental entre Rusia y Ucrania, y el regreso de gobiernos progresistas en la región, sobre todo los más próximos a sus fronteras con Colombia y Brasil respectivamente (lo que da al menos 3 años de estabilidad en sus relaciones bilaterales), han marcado sin duda alguna, hitos de alto valor para el análisis prospectivo, en especial de naturaleza geopolítica, energética y financiera internacional.

La pandemia del SARS-COV-2 o COVID-19, si bien ha dejado de ser una emergencia mundial, mas no han desaparecido sus efectos, dejó demostrado lo frágiles que pueden ser las economías mundiales, particularmente las sostenidas de la especulación accionaria de sus transnacionales, ya que cualquier región del mundo que sufriera un repunte en contagios o cualquier agravamiento, de inmediato las bolsas caían y por ende las inversiones (en Dólares sobre todo), donde EE.UU. y su maltrecha economía (su gasto público supera 120% su PIB¹) no fueron, ni son la excepción.

El conflicto en Europa oriental entre Rusia y Ucrania, más allá de las irreparables pérdidas de vida, ha demostrado que las potencias (Rusia y EE.UU.) pelean sus guerras en terceros espacios, del mismo modo y con más agudeza se evidencian la importancia de los cuellos de botella, como lo es el Estrecho de Ormuz para la energía (17% de la energía del mundo lo atraviesa), el mismo efecto ha surtido en el Mar Negro, aguas territoriales en conflicto que se solapan y ponen en jaque, nada más y nada menos el suministro de seriales y fertilizantes, ahora bajo acuerdo que se revisa cada dos meses por las partes en conflicto².

Pero no menos importante es lo que acontece en Suramérica, ya que si bien la recomposición de ahora 7 de 12 países de Suramérica son gobiernos progresistas, sino al menos con alta afinidad política, un hito geopolítico ha sido clave para el nuevo rol estelar del BRICS en el orden mundial que nace desde otras latitudes, pues Brasil acordó con China transar sus operaciones en sus propias monedas, mas no el Dolár³, y acto seguido repuntaron las solicitudes alrededor del mundo⁴, de naciones para anexarse al prometedor mecanismo de integración⁵ , lo que corrobora lo proyectado por quien suscribe, que alguien en Europa (mayo 2022) no estaba haciendo los cálculos⁶.

Finalmente en este sentido, ha destacado el hecho que el presidente de la República Francesa, Enmanuel Macron ha solicitado ser invitado a la próxima cumbre de los BRICS⁷, pero lo curioso no es pedir la invitación, sino que, quien lo solicita es la 2da economía de la Unión Europea, que se supone sólida, aparte que la suspicacia surge al reconocer que el mecanismo a donde desea asistir está Rusia, y demás naciones, pero claro cuando se verifican datos de la OEC⁸ y se observa cómo para 2021, las primeras economías de Europa como Alemania⁹, Francia¹⁰ e Italia¹¹, sus importaciones claves de bienes y servicios provienen de Rusia y China, pues la realpolitik, que no cambian de la noche a la mañana, y que pudiera la imprudencia diplomática de Macron abrir la brecha de la desintegración de la UE en el mediano plazo, al migrar al BRICS o BRICSF.